SOLTECO

SIG

AHORA CLIMA

(presentación con audio)

ECOCIRPLAS

DOSSIER INFORMATIVO para las visitas en el Bosque de Orgi y el La Granja Escuela Ultzama

La gestión del resto orgánico con sistema mecánico (proyecto piloto de Fundación Ultzama).
RETO DEL SISTEMA, ASPECTOS POSITIVOS Y MATERIAL RESULTANTE
El compostaje consiste, básicamente, en la transformación, mediante fermentación controlada, de
la materia orgánica fermentable presente en los residuos urbanos con la finalidad de obtener un
producto inocuo y con buenas propiedades como fertilizante o enmienda orgánica de suelos que
recibe el nombre de compost. El proceso lleva consigo la separación de la mayor parte de los
metales, vidrios y plásticos, y la posterior fermentación de la materia orgánica. Esta fermentación
puede ser natural al aire libre o acelerada en digestores.
Se puede definir el compost como el producto que resulta del proceso de compostaje y maduración,
constituido por una materia orgánica estabilizada, en cierto modo similar al humus, con poco
parecido con el material original, puesto que se ha degradado dando como resultado partículas más
finas y oscuras. Se trata de un producto inocuo y libre de sustancias fitotóxicas, cuya aplicación al
suelo no provoca daños a las plantas, y que permite su almacenamiento sin posteriores
tratamientos ni alteraciones. Por tanto, siguiendo esta definición, el compost debería presentar las
siguientes características (Costa et al., 1995):
– Es un producto estabilizado:
La estabilización es un requisito previo al empleo agrícola del compost como enmienda de suelos.
Debe lograrse mediante procesos biológicos y no confundirse con otros procesos como desecación
y esterilización. Si las condiciones volviesen a ser favorables para la fermentación del producto,
ésta podría producirse (gracias al metabolismo latente).
– Es un producto inocuo:
La destrucción de organismos patógenos se consigue con el efecto continuado de la alta
temperatura, el tiempo y la competencia de la población microbiana no patógena con la patógena,
condiciones que se dan preferentemente en la etapa termófila.
– Debe haberse sometido a una etapa inicial de descomposición:
La degradación se incluye en la primera fase de compostaje y una vez finalizada ésta comienza la
fase de estabilización, en la que los compuestos orgánicos solubles y catabolitos orgánicos se
encuentran en un nivel bajo.
– Es el resultado de un proceso de humificación:
Durante la fase de estabilización del producto (maduración) se producirá una humificación,
acompañada de un lento proceso de mineralización. Por todas estas razones, los productos “no
terminados” (no humificados o que contengan sustancias fitotóxicas) no deberían denominarse
compost, aunque algunos de ellos puedan tener usos especiales. Cuando estos productos salen al
mercado para su uso agrícola es necesario que se especifique su origen, así como su composición
y su grado de estabilización. Si se ha mezclado con algún otro producto durante su proceso de
compostaje deberá expresarse el porcentaje de peso seco de estos productos en orden de
concentración decreciente. Asimismo, cuando al compost se le añade, durante su fase de
estabilización, otra materia orgánica distinta de la original, el producto final debería llamarse
“acondicionador orgánico de suelos” y no compost.
Reciclaje de plástico en colaboración con SOLTECO.

Plástico 100% reciclado y reciclable
SOLTECO es el único fabricante nacional, con casi 20 años de experiencia en el mercado,
dedicado a la investigación y desarrollo de procesos de reciclaje de plásticos para su
transformación en perfilería o mobiliario urbano.
Empleamos como materia prima los plásticos NO RECICLABLES (o de rechazo) cuyo destino es la
incineración o el enterramiento en rellenos sanitarios o vertederos.
Nuestro proceso de producción transforma dichos plásticos de rechazo en un producto de alto valor
añadido (MADERA PLÁSTICA), dándoles un nuevo uso y alargando durante mucho tiempo su vida
útil.
GESTIÓN DE RESIDUOS Y RECUPERACIÓN DE PLÁSTICO
Como Gestor Autorizado de Residuos No Peligrosos damos soporte a empresas, instalaciones
agrícolas, bodegas y a particulares para gestionar correctamente sus residuos. Nuestra actividad
integral permite la recuperación total del plástico de rechazo que recibimos, una vez realizado el
correspondiente proceso de selección y triaje para su preparación, hasta convertirlo en madera
plástica. Aseguramos, por tanto la circularidad y la trazabilidad del plástico de rechazo que
gestionamos procedente de una diversidad de clientes, puntos limpios y vertederos públicos o
privados.
Desarrollamos diferentes productos y servicios en el ámbito de la recuperación y valorización del
plástico de rechazo que convertimos en materia prima (Granza picada desigual), la cual utilizamos
para fabricar nuestro PERFIL SOLTECO.
A partir de aquí los diferentes perfiles de formas y colores se utilizan y trabajan exactamente igual
que con la madera natural, convirtiéndose en una diversidad de segmentos de mercado, así como
en conocimiento aplicado (Consultoría) con el objetivo de replicar el modelo y/o incentivar la
recuperación de este residuo asegurando su trazabilidad.

ABORDAMOS un problema de emergencia climática (obsolescencia del plástico y de su deshecho
contaminante).
El fuerte incremento del consumo genera una gran cantidad de plástico de rechazo (de origen
urbano, industrial y agroganadero) que supone una amenaza para el medio ambiente y que
SOLTECO puede evitar.

FOMENTAMOS un proceso de reutilización del residuo plástico mediante una actividad de
CIRCULARIDAD ECONÓMICA hasta convertir el residuo en MADERA PLÁSTICA que utilizamos
como materia prima para la elaboración de perfilería con gran variedad de aplicaciones, destacando
la fabricación de mobiliario urbano y la construcción de obra pública, así como productos enfocados
para la logística y la industria agroganadera.

Movilidad eléctrica y acumulación con baterías para autosuficiencia de elementos en zona no
conectada a red general eléctrica, y acumulación para microrredes, en colaboración con ZIZU
Desarrollos Industriales.
ZIZU cuenta con más de 20 años de experiencia en el sector de la movilidad urbana e industrial.
Sistema de acumulación (baterías)

El sistema de acumulación es el encargado de almacenar la energía eléctrica generada por los
paneles solares, para que pueda usarse en cualquier momento.
El sistema de acumulación de una instalación solar fotovoltaica está compuesto por una cantidad
de baterías tipo vaso de dos voltios cada una, el número de baterías depende de la tensión de
servicio y de la cantidad de energía que queramos acumular.
Composición de una batería eléctrica.
Las baterías eléctricas están compuestas por dos láminas metálicas normalmente de plomo o
bióxido de plomo, que hacen la función de polo negativo y polo positivo. Estas láminas metálicas se
introducen en unos recipientes llamados vasos que contienen un líquido, normalmente ácido.
Principio de funcionamiento de una batería.
El funcionamiento de una batería consta de dos ciclos:
00:03 / 00:40

● Carga: el panel genera una corriente eléctrica, la batería en este caso se comporta como un
receptor y cierra el circuito. De esta manera circula por el interior de la batería un corriente, que si
no es consumida, queda almacenada en su interior en forma de tensión que se forma entre los dos
polos.
● Descarga: como cualquier generador eléctrico, la energía que almacena se manifiesta en forma de
tensión entre sus extremos, esto es tan simple que si cerramos el circuito aparecerá una intensidad.

Características eléctricas de las baterías.
Resistencia interna: es la resistencia eléctrica de sus componentes internos, así como una
resistencia virtual que dependerá del receptor que conectemos a la batería, y que es lo que provoca
la auto-descarga de la batería. Este factor aumenta durante el proceso de descarga, el
envejecimiento de la batería y las bajas temperaturas.

Rendimiento: es la relación que existe entre la energía que suministra durante un ciclo de descarga
determinado, y la cantidad de energía necesaria para volver a llenar por completo la batería
después de esa descarga. Este valor viene expresado en tanto por ciento, y evidentemente nunca
es del 100%, ya que siempre se producen pérdidas de energía debidas a la resistencia interna de la
propia batería. Se podría decir entonces que este valor es inversamente proporcional a la

resistencia interna.

Vida útil: la vida útil de una batería no se mide en años, si no en la cantidad de ciclos de carga-
descarga que es capaz de realizar hasta que deja de ser útil. Este factor disminuye con la
temperatura de trabajo. Dicho esto se entiende que es algo positivo que la batería trabaje a bajas
temperaturas, cosa que es cierta hasta cierto punto, ya que una temperatura demasiado baja podría
provocar la congelación del electrolito (ácido). Lo mejor para solucionar ambas cosas es mantener
la batería en un nivel de carga lo más alto posible, de esta manera la podremos situar en un
entorno de un temperatura media, sin preocuparnos de su nivel interno de temperatura que se

mantendrá en unos niveles más o menos óptimos.

Capacidad: es la cantidad de energía que es capaz de entregar cuando se descarga. Este valor
viene dado en amperios-hora, esto es así debido a que la capacidad de una batería varía según la
rapidez con la que se produzca el ciclo de descarga.
Auto-descarga: debido a su resistencia interna, la batería se comporta como un receptor
consumiendo pequeñas cantidades de energía. Por eso si tenemos una batería inutilizada durante
un largo periodo de tiempo, es posible que al intentar volver a utilizarla nos la encontremos
completamente descargada. Este factor también depende de la temperatura, aumentando con ésta.
Velocidad de carga y descarga: las corrientes de carga y descarga se especifican con unos
términos que indican la descarga completa en un período continuo de 1h. Estos términos son C y
sus múltiplos y submúltiplos nos indican diferentes velocidades de carga y descarga, pej: C/10,
descarga en 10h, C/100 descarga en 100h…

El Clima, la descarbonización como reto transversal, en colaboración con Mikel Baztan y su
empresa AHORACLIMA.
Huella de carbono: ¿Qué es y cómo se mide?
Definición de huella de carbono
La huella de carbono es el impacto que deja la actividad humana sobre el medio ambiente, es decir,
la marca que origina una persona, producto u organización sobre el planeta a consecuencia de sus
acciones diarias, totalizadas según parámetros de emisiones de dióxido de carbono (CO2) y otros
gases de efecto invernadero (GEI) liberadas a la atmósfera.
La huella de carbono se expresa en unidades de carbono equivalente (CO2eq), una unidad que
además del CO2 toma en cuenta los otros GEI que contribuyen al calentamiento global. Finalmente,
los resultados individuales de cada gas se convierten a equivalentes de CO2.
Para qué sirve la huella de carbono
Es un método útil para cuantificar, reducir y neutralizar las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y
contribuir a mitigar el Cambio Climático. El concepto huella de carbono fue ideado para tener una
herramienta capaz de medir las emisiones de GEI generadas desde un individuo hasta una
corporación. Una vez obtenida la huella se está en posesión de una serie de datos que permiten
planificar su reducción partiendo de ellos.
Algunas aplicaciones para medir la huella de carbono
Existen sitios y aplicaciones en la red que permiten medir la “huella de carbono” mediante algunos
datos relacionados con las actividades diarias. Estos cálculos permiten a la persona, organización o
producto conocer la magnitud de su huella de carbono y tomar las medidas correctivas para
reducirlas.
Estas son algunas aplicaciones disponibles para facilitar las mediciones de la huella de carbono,
tomadas del diario La Vanguardia: CleanSpace, Negotiator, Chasing Ice, #Climate, World Wildlife
Fund, Earth Now, GoodGuide.
Cómo calcular la huella de carbono de una persona
La huella de carbono personal permite al individuo contabilizar sus emisiones de GEI. Existen
métodos y aplicaciones para poder realizar con bastante exactitud sus emisiones. De esta manera
una persona puede conocer su participación en el calentamiento global. Una aplicación personal
toma en cuenta las compras de productos y servicios, alimentación, actividades recreativas,
transportación y otros para determinar cual es la huella de carbono de la persona.
Cómo calcular la huella de carbono de un producto
En el caso de un producto o servicio, se estudian las emisiones de GEI realizadas durante su ciclo
de vida. La huella de carbono de un producto es un instrumento que permite calcular sus emisiones
de gases de efecto invernadero y conocer su participación en el incremento del calentamiento
global. Por ejemplo, para calcular la huella de carbono de un producto se deben tomar en cuenta
aspectos como la producción de la materia prima, el transporte a la planta de producción, el
procesamiento o fabricación del producto final, su empacado o envasado, transporte a los centros
de distribución y venta, consumo y descartado final del envase.
Cómo calcular la huella de carbono de una empresa u organización
La huella de carbono de una organización se obtiene mediante el análisis de sus emisiones de GEI
durante un año u otro periodo predeterminado, mediante la acumulación de un inventario de éstas.
Existen tres niveles o clases de alcances de mediciones para las empresas.
Alcance 1. Emisiones directas. Se refieren a los GEI emitidos de forma directa por la organización,
como la cantidad de combustibles fósiles utilizadas para sus maquinarias o vehículos; por pérdidas
de gases refrigerantes, o por reacciones químicas durante sus procesos de producción.

Alcance 2. Emisiones indirectas. Se trata de las emisiones de GEI del productor de energía
requerida por una organización. Depende tanto de la cantidad como de la mezcla del energético de
la red.
Alcance 3. Otras emisiones indirectas. Son las emisiones que se pueden atribuir a los productos y
servicios adquiridos por una organización, como materias primas, partes, piezas, material para
empacar, etc. Éstas previamente han generado emisiones antes de su entrega. Las emisiones
indirectas son las más difíciles de contabilizar, debido a la cantidad y variedad de ítems que entran
en juego en una fábrica, por ejemplo, para terminar su producto, incluyendo el empaque, en caso
de que aplique.
Ventajas de conocer nuestra huella de carbono
Permite cuantificar y determinar las fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero de un
producto durante la cadena de fabricación, permite establecer objetivos, estrategias y acciones para
reducir dichas emisiones y con ello hacer más efectiva y económica los procesos de producción de
bienes. Otra ventaja de la huella de carbono es proporcionar información al consumidor, a fin de
crearle conciencia para que pueda reducir su impacto personal sobre el calentamiento global.
¿Qué son los certificados de emisiones reducidas (CER) o bonos de carbono?
Una certificación de huella de carbono o “certificado de emisiones reducidas” es un documento
emitido por un ente autorizado a todas aquellas organizaciones que han cumplido las normas
exigidas. Los certificados no son de carácter obligatorio, aunque es de interés de las fábricas y
proveedores mostrar que sus productos o bienes exhiban etiquetas que demuestren que han
cumplido con los valores de CO2 establecidos, para que sus clientes puedan adquirirlos o
consumirlos con la certeza de que son más sanos y menos contaminantes. Al efectuar una
reducción de sus emisiones puede optar por un “certificado de emisiones reducidas” (CER) o bono
de carbono. Cada certificado significa que ha reducido una tonelada de CO2.
La condición de carbono neutro
El concepto “carbono neutro” es una condición de ser. En efecto, lo correcto es decir “ser carbono
neutro». Se considera carbono neutro a una persona, organización o producto capaz de retirar de la
atmósfera la misma cantidad de CO2 que ha emitido. Para lograrlo se pueden emplear diversas
estrategias, como construir o adquirir campos eólicos o grandes extensiones sembradas de paneles
solares. Ambos sistemas corresponden a energías limpias, aunque también puede comprar
«compensaciones de carbono» de países que han emitido menor cantidad de gases de efecto
invernadero a su cuota.

Las microrredes, soberanía energética, en colaboración con Xabi Baron de SIG Coop
El CERTS define la microrred como una agregación de cargas y microgeneradores operando como
un sistema único que provee tanto energía eléctrica como energía térmica. Una definición más
exhaustiva es la que se da dentro del proyecto “Microgrids” del VI Programa Marco: “Las
microrredes comprenden sistemas de distribución en baja tensión junto con fuentes de generación
distribuida, así como dispositivos de almacenamiento. La microrred puede ser operada tanto en
modo no autónomo como autónomo.
La operación de sus elementos puede proporcionar beneficios globales al sistema si se gestionan y
coordinan de manera eficiente”
Dentro de la óptica de la red principal una microrred puede observarse como una entidad
controlada que puede ser operada como sí de una única carga o generador agregado se tratase y
que, si fuera económicamente viable, podría funcionar como fuente de energía a incorporar a la red
o como un medio para proporcionar servicios auxiliares que contribuyese a la estabilidad y
regulación de la red principal. Además el impacto externo de la microrred en la red de distribución
externa es mínimo siempre que dentro de la microrred se consiga el equilibrio entre generación y
consumo, a pesar de disponer de un nivel de generación potencialmente significativo de fuentes de
energía intermitentes. Así pues, con la adopción del sistema de microrredes se incrementa la
penetración de las energías renovables dentro del sistema de distribución.
Las microrredes se componen básicamente de los siguientes elementos:
Una red de distribución en baja tensión en la que se conectan una serie de fuentes de energía
distribuidas para proporcionar electricidad y calor a un conjunto de consumidores
Una infraestructura de comunicación local
Un sistema jerárquico de control y gestión
Sistemas de almacenamiento de energía
Controladores inteligentes para cargas y consumos

La microrred es gestionada por un controlador central que está a la cabeza del sistema jerárquico
de control. Este controlador central (MGCC) proporcionará las consignas a los controladores del
resto de los equipos, tales como fuentes de generación, sistemas de almacenamiento de energía y
cargas inteligentes.
La microrred podrá funcionar de dos modos distintos: conectado a la red principal y aislada de la
misma en caso de existir algún problema en esta última.
Cuando la microrred funciona en modo conectado con la red principal, ésta proporcionará las
referencias de tensión y frecuencia necesarias para que el resto de elementos de generación de la
microrred funcionen sin ningún problema. Así pues, no existirán problemas de estabilidad en la
microrred cuando ésta funcione conectada a la red principal.
En este modo de funcionamiento, el MGCC funciona como una suerte de gestor de mercado
realizando el despacho económico de la generación de la microrred. Para ello deberá tener en
cuenta las siguientes entradas:
Precios del mercado
Ofertas de las fuentes de generación
Ofertas del lado de la demanda para cargas de alta y baja prioridad
Tras resolver el despacho económico, el MGCC envía a los controladores de las fuentes y de las
cargas inteligentes, las consignas de potencia activa u reactiva así como las señales a aquellas
cargas que han de mantenerse en servicio y a aquellas que han de desconectarse.
Además de realizar el despacho económico, el MGCC debe comprobar que no se incumplen
ninguna de las restricciones técnicas impuestas a la microrred y que no perturba al funcionamiento
de la red externa.

Cuando la microrred funciona en modo aislado de la red principal, los generadores tienen que ser
capaces de responder con rapidez a los cambios en el consumo para que así tanto la tensión como
la frecuencia se mantengan estables.
Al tratarse de equipos con interfaces de electrónica de potencia los generadores de la microrred no
tienen inercia para asumir los desequilibrios puntuales entre generación y consumo del modo que
ocurre en los sistemas eléctricos convencionales con los grandes generadores síncronos.
Además los generadores de la microrred suelen tener una respuesta lenta, caso por ejemplo de las
microturbinas y pilas de combustible, del orden de decenas de segundos, lo que puede ocasionar
problemas de seguimiento de la demanda de la microrred y provocar por tanto problemas de
estabilidad al no mantenerse la frecuencia dentro de los márgenes de seguridad establecidos.
Así pues, un conjunto de generadores de la microrred necesitará una serie de sistemas de
almacenamiento para asegurar el balance energético inicial. El déficit energético provocado cuando
la microrred pasa a modo aislado o el debido a variaciones en la generación o en la demanda
cuando se funciona aislado de la red general, deberá ser compensado por dichos sistemas de
almacenamiento. Estos sistemas deberán asumir las labores de proporcionar las referencias de
tensión y frecuencia al resto de elementos de la generación. De este modo emularán la
funcionalidad que aporta tener la microrred conectada a la red general.
Para funcionar así, los sistemas de almacenamiento deberán estar conectados a la microrred a
través de un inversor con controles adecuados para mantener la estabilidad en tensión y frecuencia
de la microrred.

El mundo rural agrario y ganadero en colaboración con Iñaki Mendioroz gerente de UAGN
proyecto Ecocirplas gestión del plástico agrario.
PROYECTO ECOCIRPLAS, Gestión integral del plástico agrario y ganadero en Navarra.

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